La Unsta cumple hoy 60 años y para José Federico Fanjul, rector de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino, la fecha es apenas un punto de partida. “Tenemos todo un año para mirar nuestra trayectoria, nuestro pasado y pensar el futuro de la universidad”, afirma. Ese espíritu –el de mirar hacia adentro para proyectarse hacia adelante– es lo que impregna las celebraciones que ya se palpitan en cada sede, cartel y pasillo.
Habrá tres actos centrales para celebrarlo. El primero será hoy en la sede central de 9 de Julio 165, desde las 10: habrá izamiento de bandera, se realizará una sesión de fotografía institucional y una misa de acción de gracias. El segundo será un acto académico organizado por el Instituto de Historia, que repasará no sólo los 60 años institucionales, sino los 180 años de presencia de los frailes dominicos en Tucumán. El cierre llegará el jueves de la próxima semana, con una cena de gala que reunirá a docentes, ex rectores y toda la comunidad. “Lo que celebramos no es sólo una institución. Es una forma de estar presentes en los momentos de cambio de la cultura”, reflexiona Fray Juan José Baldini, Prior Provincial en Argentina y Chile, y Gran Canciller de la Unsta. Baldini estuvo de visita en Tucumán, en una gira que lo llevó también por Santiago del Estero y Concepción. “La pasión por la predicación no ha menguado. Al contrario, está viva”, afirma.
Carisma dominico
Desde su fundación, la Unsta se define como una universidad católica y dominicana. “Se inspira en los principios rectores de la Iglesia y en la normativa estatutaria de la Orden de Predicadores, que tiene una fidelidad de más de 500 años con la Iglesia”, explica Baldini. Esa inspiración se traduce en una misión concreta: formar personas en la verdad. “Nuestro lema, “Veritas”, que significa una búsqueda permanente de lo verdadero, no es solo un concepto. Para nosotros, la verdad es una persona: Jesucristo. Desde Él se descubre todo lo verdadero, lo bello y lo bueno”, sostiene Baldini. El carisma dominico –predicación, oración, estudio, comunidad y servicio– da forma a toda la vida universitaria. Está presente en la sistematicidad de los estudios, en la integración de la filosofía con la ciencia y la cultura, y en la formación en valores humanos esenciales. “Los dominicos consideramos al estudio como un pilar fundamental. La educación no es sólo un concepto nominal, es un estilo de vida”, agrega. Esa concepción se refleja tanto en las carreras tradicionales como en las propuestas más innovadoras: Medicina modular, Ingeniería en Inteligencia Artificial, Diseño Multimedial, Ciencias del Comportamiento.
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“En Santiago del Estero, en Tucumán, en Concepción, tanto en los frailes como en la familia dominicana: las monjas, los laicos, las fraternidades laicales, las cofradías del Rosario… están vivos”, comenta Baldini. Los frailes de Tucumán también sostienen la presencia en Santiago del Estero, donde funciona el Instituto San Martín de Porres, de enseñanza superior no universitaria. La Unsta tiene hoy cuatro sedes: la Central y el Campus Yerba Buena; el Campus Concepción; y las sedes de Buenos Aires y Santiago del Estero. “En Santiago explotó nuestro centro con 800 alumnos. En Concepción tenemos 2.040. En total en ambas sedes de Tucumán son más de 9.000 estudiantes”, enumera Baldini. Pero su mirada va más allá del número. “Nosotros recibimos a todos aquellos que quieran sumarse al proyecto de vida que significa formarse en una universidad católica”, subraya
Pensar con otros, crecer con todos
La educación híbrida, las aulas virtuales, los sistemas informatizados de seguimiento y la proyección de nuevas carreras son parte del presente. “Hoy tenemos alumnos de todo el país, de Tierra del Fuego a Jujuy, y también del exterior”, cuenta Fanjul. Ese crecimiento exige planificación. “Tenemos un plan maestro que piensa la universidad a 30 o 40 años. Hay evaluación externa que nos confirma que vamos bien. Cada año la Unsta propone nuevas ofertas académicas. Pensamos en sumar la carrera de arquitectura para el próximo año, en nuevas ingenierías, en proyectos que cada facultad presenta”, adelanta. La Facultad de Humanidades, por ejemplo, lanzó “la Academia”, un nuevo espacio que potencia los estudios filosóficos y propone abrir el pensamiento a la comunidad.
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Baldini, que partirá pronto a una reunión internacional en Polonia, deja una imagen para pensar este aniversario: “60 años son bodas de diamante. Es el tiempo que transforma lo opaco en brillo. La universidad está aquilatada por la experiencia. Y como el diamante, corta: tiene precisión, sabe dónde quiere estar. Eso celebramos: durabilidad, resistencia y saber hacer”. Y antes de despedirse el Gran Canciller deja una idea que resume el espíritu dominico que aún late en las aulas: “Desde que comenzó la orden, los frailes siempre compartieron su estudio con los laicos. La universidad no la hacen sólo los frailes. Es una gran comunidad de búsqueda. Eso es una universidad: una comunidad donde se piensa y se transforma Y esta celebración no es un evento institucional: es la celebración de todos”. Y cierra con una invitación que resume el espíritu de la Unsta: “Bienvenidos a pensar. Preparémonos para un gran encuentro”.